Antes: Llevaba años cerrando contabilidades
pero no entendía qué significaban realmente los números. Cuando
el director financiero pedía análisis, me sentía perdida.
Proceso: Empecé con conceptos básicos de
ratios y poco a poco fui conectando la contabilidad que conocía
con el análisis financiero. Los ejercicios con casos reales
fueron los que me ayudaron a ver la lógica detrás de cada
indicador.
Ahora: Puedo elaborar informes de análisis que
mi jefe usa en reuniones con bancos. He ganado confianza y mi
rol en la empresa ha cambiado completamente.